Los primeros que empezaron a trabajar las semillas de mostaza para hacer una pasta picante utilizando vino para conseguir una mezcla que llamaron mustum ardens y que servía tanto para acompañar comidas como para aderezar el vino, fueron los romanos, que también aprovechaban sus hojas confitándolas y atribuyéndoles propiedades curativas.
Pero es en la Edad Media cuando se hizo fundamental en la gastronomía europea por su delicioso olor y sabor inconfundible y surgen por ejemplo las famosas mostazas de Orleans, Burdeos, Meaux o Dijon.
Según la variedad de semillas, blanca dulce, morena o negra, y variando el nivel de vinagre en el que se maceran, puede prepararse de muchas maneras, y si se le añade miel, conseguiremos una deliciosa mostaza al estilo alemán.
Lo cierto es que la tradición de la mostaza incluye desde los tipos más baratos, asociados, por ejemplo, a las hamburguesas de comida rápida, a la gastronomía de lujo, donde se suele utilizar la de Dijon. La mezcla de negra y blanca es típica de Francia, en una mostaza donde la textura aporta un toque muy personal. La mostaza se usa de manera habitual para acompañar tanto carne como pescado y su uso está muy extendido en todo el mundo. La mostaza se utiliza también para crear otras salsas, como la salsa Robert o la Cumberland. Algo tan sencillo como mezclar mostaza con mayonesa, en una proporción de dos a uno, es un aderezo clásico tanto en Europa como en la cocina cajún. (FUENTE)
Yo en esta ocasión la he utilizado para hacer una salsa...Vamos a ver cómo...
INGREDIENTES
-1 pechuga de pollo
-2 cucharadas de mostaza
-1 brick de leche evaporada
-Aceite de oliva
-Sal
-Pimienta
ELABORACION
-Cortamos la pechuga de pollo en trozos
-Salpimentamos y cocinamos en una sartén con un poco de aceite
-Añadimos la mostaza y la leche evaporada y mezclamos bien
-Dejamos reducir la salsa unos minutos
Y listo para servir y disfrutar...Buen provecho...
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