Del cerdo, hasta los andares. Este dicho, incluido ya en el acervo popular, evidencia una cultura gastronómica propia de muchos lugares de España y, como no, de la Sierra de Aracena. Y es que del cerdo, ese animal que ya desde la antigüedad desempeñaba un papel fundamental en la alimentación del hombre, se aprovecha todo. Sólo hay que estar presente en la disección de uno para comprobar como cada pieza que se extrae del animal es un deleite cuando llega al plato, bien para degustarlo en fresco, curado, o bien como ingrediente de otros productos que se consumirán una vez elaborados, como los embutidos. Una de las piezas más apreciadas son las costillas que admiten un sinfín de recetas que siempre triunfan, como la clásica costilla guisada en salsa, al estilo americano, costillas con salsa barbacoa o las socorridas costillas al horno. (FUENTE)
Yo en esta ocasión las he hecho con miel y mostaza...Vamos a ver cómo...
INGREDIENTES
-1 kg de costillas de cerdo
-6 cucharadas soperas de vino blanco
-6 cucharadas soperas de miel
-4 cucharaditas de mostaza
-4 dientes de ajo
-1 vaso pequeño de aceite de oliva
ELABORACION
-La noche antes preparamos en un recipiente un aliño con el vino blanco, la miel y la mostaza
-Metemos las costillas en trozos pequeños en el aliño preparado durante toda la noche
-Al día siguiente las sacamos y las secamos con papel de cocina para que no estén demasiado húmedas -Ponemos al fuego una sartén con aceite y freímos los ajos laminados a fuego medio
-Añadimos la carne y la freímos hasta que quede bien doraditas
Y listo para servir y disfrutar...Buen provecho...
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